lunes, 15 de octubre de 2007

Típicos argumentos contra el Anarquismo


A menudo nos preguntan cómo una sociedad anarquista trataría a los asesinos. ¿Quién los pararía sin policía?
La mayor parte de los asesinatos son crímenes pasionales y por tanto ni la policía ni nadie los puede prevenir. Esperamos, sin embargo, que en una sociedad más cuerda y menos frustrante no habrá tanta criminalidad.

Nuestros gobernantes dicen protegernos a los unos de los otros. En realidad sólo quieren protegerse a sí mismos y a su propiedad.

Si nosotros, como miembros de una comunidad local, fuéramos dueños de todos los recursos y los colectivizáramos, sería absurdo robar. Un importante motivo delictivo desaparecería.

Estas comunidades necesitarían organizar algún medio con que tratar a aquellos individuos que perjudicaran a los demás. En lugar de varios miles de policías profesionales, todos nos protegeríamos mutuamente.

Las cárceles son un fracaso a la hora de mejorar o reformar a los presos. Los vecinos de una comunidad, conociendo mejor las circunstancias personales de cada cual, aportarían soluciones mejores y más adecuadas tanto para la víctima como para el acusado. Por otra parte, el actual sistema penal es el responsable de la creación de un comportamiento delictivo. Los presos que cumplen una condena larga a menudo se convierten en seres incapaces de sobrevivir fuera de una institución que tome todas las decisiones por ellos. ¿Cómo puede llegarse a la conclusión de que encerrar a unas personas con otras de carácter antisocial (los peores don los carceleros) va a desarrollar en el individuo un modelo de comportamiento responsable y razonable? Naturalmente, lo que ocurre es todo lo contrario? la mayoría de los presos reinciden.

Otra de las preguntas con las que se ha tenido enfrentar el anarquismo durante años es? "Pero quién haría todo el trabajo sucio? Imaginamos que toda comunidad diseñaría un sistema rotativo. ¿Qué tiene de imposible?

Otra pregunta: ¿y qué pasaría con aquél que se negara a trabajar? Se puede aplicar presión social, por ejemplo, condenar al individuo en cuestión al ostracismo. En casos drásticos la comunidad podría verse obligada a expulsar a alguien.

Sin embargo, la gente necesita trabajar. La gente tiene una verdadera necesidad creativa. Fijaos en la cantidad de gente que pasa horas arreglando su coche, o su moto, o cuidando su jardín, haciendo prendas de vestir, creando música. Todas están actividades creativas pueden ser muy entretenidas. A menudos se las considera aficiones más que trabajo, pero es que se nos ha enseñado a considerar el trabajo un tormento que no hay más remedio que aguantar.

En esta sociedad el trabajo es efectivamente un tormento, y naturalmente lo odiamos. Eso no quiere decir que seamos vagos por naturaleza sino que no nos gusta que nos traten como si fuéramos máquinas, obligados a hacer un trabajo en su mayor parte desprovisto de significado, para beneficio de otro. El trabajo no tiene porqué ser así, y si estuviera controlado por la gente que lo desempeña, desde luego no lo sería.

Por supuesto hay trabajos que es necesario hacer, y hay pocas formas de hacer que la recolección de basura sea una ocupación divertida. Todo el mundo debería ocuparse de ello cuando te tocara el turno y sería labor de todos controlar que nadie se escaqueara.

Otro punto importante es señalar que el desempleo es sólo un problema creado por el capitalismo. En un mundo más razonable no habría paro. Todo el mundo tendría menos horas de trabajo porque sólo se producirían los artículos necesarios. Si nos deshiciéramos de la parásita clase dirigente, nos liberaríamos de gran parte de la presión económica que nos obliga a trabajar.

Si todavía no estás convencido de que una sociedad anarquista podría resolver el problema de la gente que se escaquea de sus responsabilidades, imagínate a ti mismo obligado a enfrentarte a una asamblea de tu comunidad, donde se discutiera que tú representas un problema. ¿Qué te parece?

Otra objeción típica es? "Bueno, eso a lo mejor funcionaba a pequeña escala, en un pueblo campesino, pero ¿cómo puedes dirigir una sociedad altamente industrializada sin necesidad de dirigentes?" En primer lugar creemos que la sociedad necesita ser dividida en núcleos menores siempre que sea posible, para que puedan ser dirigidos por grupos pequeños de gente corriente. Es un rasgo notable en cuanto a teoría de la organización, así como un principio básico del anarquismo, que los grupos pequeños trabajan juntos de forma eficaz y son capaces de coordinarse con otros grupos parecidos, mientras que los grupos informes y a gran escala son fácilmente manipulables. Dentro de este mismo punto es interesante señalar que recientemente, las famosas "economías de escala" que justifican por ejemplo las fundiciones que cubren kilómetros cuadrados, están siendo altamente cuestionadas. Llega un cierto punto en que las fábricas, granjas, los sistemas administrativos y demás, pierden eficacia a medida que se hacen más grandes.

Se debe producir y consumir a escala local mientras sea posible. Sin embargo, algunos servicios tendrían que tratarse a nivel regional o incluso a mayor escala. Esto no es un problema irresoluble, de hecho la clase trabajadora del Estado Español encontró soluciones en los años 30. La Compañía de Autobuses de Barcelona dobló sus servicios, hizo generosas contribuciones al colectivo de "Entretenimiento" Ciudadano (actividades lúdicas) y produjo armas para el frente en los talleres de autobuses. Todo esto se consiguió con un número de trabajadores bastante reducido, ya que muchos se habían ido al frente para combatir el fascismo. Este increíble aumento de la eficacia, a pesar de la guerra y de la escasez de materiales, no es tan sorprendente después de todo, porque ¿quién puede dirigir una compañía de autobuses de la forma más idónea? Obviamente sus trabajadores.

Todos los trabajadores de Barcelona estaban organizados por sindicatos -grupos de trabajadores del mismo gremio, subdivididos en grupos de trabajo. Cada grupo tomaba sus propias decisiones en lo referente al trabajo día a día y nombraba a un delegado que representaba sus puntos de vista en temas más generales concernientes a toda la fábrica o incluso a toda la región.

Los delegados eran portavoces de las decisiones tomadas en asamblea por todos los compañeros y el cargo de delegado se rotaba con frecuencia.

Los delegados podían ser revocados inmediatamente en caso de que no cumplieran con el cometido de ser meros portavoces de la asamblea (principio de revocabilidad). Esta es una buena muestra de los principios anarquistas de la libre federación llevada a la práctica.

Añadiendo más niveles de delegación es posible alcanzar una actividad a gran escala sin abandonar la libertad de trabajar en la línea que cada individuo elija. Esta idea de "federalismo" volverá a ser ilustrada en una sección posterior llamada "Acción y organización local".

Sigamos con más objeciones. ¿Una sociedad sin Estado no estaría indefensa ante ataques exteriores?

El hecho de vivir en una sociedad estatal no nos ha salvado del imperialismo. De hecho, nuestro ejército y fuerza armadas son utilizadas en nuestra contra como un ejército de ocupación. El Estado no nos defiende. Nos utiliza como carne de cañón para defender a nuestros dirigentes que, puestos a revelar la verdad, son nuestros verdaderos enemigos.

Volviendo a la pregunta, una respuesta anarquista clásica es la de armar al pueblo. Las milicias anarquistas españolas estuvieron cerca de ganar la guerra civil a pesar de la escasez de armamento, de la traición estalinista y de la intervención Alemania e Italia. El error fue dejarse integrar en el ejército regular de la República. Una población armada sería difícil de subyugar.

Pero sí, es cierto, nos podrían destruir. Creemos que nosotros constituimos la verdadera "amenaza nuclear". Los dirigentes norteamericanos probablemente nos exterminarían antes que permitirnos vivir en libertad.

Contra la amenaza de destrucción nuestra mejor defensa es el movimiento revolucionario en otros países. Dicho de otra manera, nuestra mejor defensa contra la bomba atómica rusa es el movimiento de los trabajadores polacos.

(NOTA de la tradutora: este análisis fue escrito antes de la caída de la URSS, por lo que ha quedado trasnochado)

En el caso del Estado, su mayor esperanza de no ser exterminados se basa en que nosotros destruyamos nuestra propia "bomba" (La CND todavía no se ha dado cuenta de que prohibir las armas "megadeath" significa abolir el Estado).

Hay que tener en cuenta que la Revolución Rusa se salvó de una intervención británica masiva gracias a una serie de motines y boicots de los obreros británicos.

Podríamos garantizarnos un verdadero sistema de seguridad si nuestros contactos internacionales evolucionaran hasta tal punto que los trabajadores de cada "país enemigo" fueran capaces de impedir que sus dirigentes nos atacaran.

Las páginas anteriores han sido una breve introducción al pensamiento anarquista. Hay muchas más ideas y detalles en libros que tratan el tema, pero básicamente se entiende el anarquismo viviéndolo, y trabajando en proyectos comunes con otros anarquistas. Este es el tema que trata la mayor parte de este libro: acción anarquista.

sábado, 13 de octubre de 2007

Transgénicos,la CRUDA realidad

Los Transgénicos u OMG (organismo modificado genéticamente)


Entendiendo por transgénicos un organismo que ha sido modificado genéticamente, es decir, aquel que se le ha alterado la información genética propia adhiriéndole uno o muy pocos genes procedentes de otro organismo antagónico por naturaleza ( de otra especie). Hasta aquí no es mucho lo que nos parece extraño, pero haciendo un análisis un poco mas complejo nos podemos dar cuenta que el problema de los transgénicos corresponde a un alto riesgo para nuestra salud y el medio ambiente.
Como ejemplo de estas mutaciones puede ser un pescado que queriendo darle características de encontrarse fresco se le adhieren genes de una lechuga. Producto de esto, un transgénico, algo que jamás encontraríamos en la naturaleza.

Lxs expertxs en genética han dado a conocer que los daños ocasionados al medio ambiente por la introducción de genes de manera artificial a largo plazo son difíciles de detectar, pero si han comprobado científicamente algunos de los riesgos presentes o que pudiesen presentarse; La contaminación biológica, es decir, la transformación de los cultivos transgénicos en malezas debido a la presencia de genes que les entregan ventajas competitivas; existe además la amenaza a los centros de biodiversidad agrícola mediante el traspaso de genes; Nuevos virus que pueden intensificar o generar enfermedades en plantas y posibles efectos en la conservación de ecosistemas. [1]

Estos alimentos transgénicos también, como ya he nombrado, provocan daño a nuestra salud, uno de los riesgos que se pueden presentar por el consumo de transgénicos es la resistencia a los antibióticos; esto debido a que muchas de las plantas transgénicas contienen un gen de resistencia a los antibióticos que se utiliza como una especie de marca para verificar qué porcentaje de la manipulación genética ha fallado y cuanto ha funcionado, es decir, que al ingerir alimentos transgénicos estamos creando en nuestro organismo inmunidad frente a diversos antibióticos y solo podremos reconocer esto al momento de adquirir alguna enfermedad, donde el antibiótico recetado no nos produzca ningún efecto ni mejoría.

Se nos ha metido el dedo en la boca diciendo que los transgénicos se han formulado como medida de combatir el hambre a nivel mundial, y es en esta ocasión una gran inconsecuencia, la problemática del hambre no se presenta por la escasez de alimentos sino por la mala distribución de estos, la producción de alimentos es mayor a la necesaria pero millones de personas no pueden adquirirlos por la carencia de recursos económicos, por ende, los alimentos transgénicos no son más baratos, ni mas sanos, ni menos son la solución a los problemas de la desigualdad social.
Las multinacionales que crean y financian los cultivos transgénicos, al tener un gran poder económico y de monopolio son las encargadas de patentar y aprobar las leyes de estos productos, haciéndolos legítimos para su producción y su posterior venta.
La producción de transgénicos por multinacionales y empresas agroindustriales hace que las tierras trabajadas y pertenecientes a grupos de campesinxs pasen a manos de estas grandes empresas, generando aun mas problemas de hambre y pobreza.
En casi la totalidad de Europa los productos alimenticios al ser vendidos se encuentran etiquetados (si es que son o no transgénicos), pero si nos damos un par de vueltas por los países tercermundistas como es el caso de chile notamos que en el mercado todos los productos son vendidos sin una previa identificación o etiqueta respecto a los transgénicos, un gran engaño anónimo, esto sucede porque muchas de las empresas productoras de transgénicos exportan sus alimentos a estos países de estratos más bajos, por lo tanto sería de carácter negativo dar a conocer el origen de los productos - en el supuesto de que las personas al reconocer los alimentos transgénicos dejarían de consumirlos-

[1] Guía de alimentos transgénicos – Etiquetado a los transgénicos – Greenpeace (Año 2004, actualización año 2006)

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